El Gobierno francés considera que el lenguaje inclusivo, que incorpora un sufijo femenino en un sustantivo masculino a través de un punto, constituye un obstáculo al aprendizaje de los alumnos y no debe ser usado como alternativa para la feminización de la lengua.
En España, también la RAE se pronunció en el mismo sentido, pero ha sucumbido ante las presiones del feminismo institucional, al cual la buena educación de los menores les importa bien poco.
Más bien adoctrinarles es su interés principal, utilizando vilmente las escuelas, institutos y universidades públicas, como fábrica de votantes.
Llegados a este punto, es necesario recordar que no solo la feminización del lenguaje es improcedente, sino también su masculinización, ya que por ejemplo «modisto» que viene siendo utilizado para los hombres dedicados a la moda, es anómalo utilizarlo del mismo modo que tampoco decimos «dentisto» cuando es un hombre el que nos arregla la boca. https://www.fundeu.es/consulta/modisto-178/
Y para finalizar, la evidencia de que el feminismo supremacista NO es igualdad, se revela cuando se quedan callados ante la masculinización del Código Penal, el cual se refiere en todo momento al preso, al condenado, al penado, etc., sin que haya ninguna protesta por ello en «perspectiva de género», ya que en su delirio supremacista, el feminismo de género ni siquiera llega a considerar que una mujer pueda ser una delincuente, al igual que un hombre.
Porque en realidad no creen en la igualdad, ni les interesa.